16 autores participan en la exposición colectiva del Cryptshow Festival 2014, dedicada a H.P. Lovecraft


El Cryptshow Festival 2014 dedica su exposición colectiva a H.P. Lovecraft, símbolo indiscutible de la literatura fantástica y, al mismo tiempo, un personaje fascinante. La sala de exposiciones del Centre Cívic Dalt de la Vila de Badalona acoge el homenage de 16 autores que aún sueñan con criaturas de las profundidades y mundos imposibles: David Jordan, Inés Ugalde, Benages i Pla, Joan, Sam Delgado, Toni Benages i Gallard, Marta Anais, Jaume Fibla, Javier Moreno, Eduardo Arroyo, Juan Rubí, José Miguel Álvarez, Sam, Mariona Tolosa i Sistere, Oscar Julve, Sónia Pellejero y Xavi Reñé.


Howard Phillips Lovecraft nació en Providence (Estados Unidos) el 20 de agosto de 1890 y murió en el mismo lugar el 15 de marzo de 1937 a la edad de 46 años a causa de un cáncer intestinal agravado por la enfermedad de Bright. Tres días después, fue enterrado en el panteón de su abuelo Phillips Whipple Van Buren, en el cementerio de Swan Point. Murió pobre y sin reconocimiento. Ninguna lápida señalaba su tumba. Fue el Círculo de Lovecraft, un nutrido grupo de escritores que tomaron prestado su imaginario, quienes evitaron que el nombre y las historias de Lovecraft cayeran en el olvido. Incluso crearon una leyenda.

Lovecraft fue un niño prodigio: recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y escribía con siete. A los trece formó la Agencia de Detectives de Providence. A los quince creó su primera obra. A los dieciséis escribía una columna de astronomía para el Providence Tribune. Y a pesar de eso, y a causa de sus problemas de salud, no asistió al colegio hasta los ocho años. Un año después lo dejó.
Su vida cambió tras la muerte de su abuelo materno, en 1904. Abandonó el hogar y vivió como un ermitaño, teniendo apenas contacto con el mundo exterior. Sólo con su madre. Dicen que lo sobreprotegió hasta límites demenciales.

Aunque sus historias se habían hecho un hueco en publicaciones como Weird Tales, Lovecraft se vio obligado a aceptar pequeños encargos, que solían consistir en retocar escritos de otros autores. Así conoció a muchos de los que después formarían el llamado Círculo de Lovecraft: Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long o August Derleth. A pesar de sus esfuerzos como escritor, el final de su vida estuvo rodeado de pobreza. Sus últimas obras fueron aumentando en longitud y complejidad, lo que dificultó su venta. Se vio obligado a trabajar de escritor fantasma.
Hoy, Lovecraft es un símbolo incuestionable de la literatura fantástica.

Sus textos, en especial los Mitos de Cthulhu, han extendido su influencia en el tiempo y el espacio; en las novelas, en las películas, en la música, en los videojuegos, en los cómics y en los dibujos animados. Incluso hay un manicomio que rinde homenaje a una de sus creaciones: El Asilo Arkham.